
Siempre me han gustado las películas sobre la mafia. Tal vez sea lo enigmático que resulta todo lo que rodea a los grandes capos, el miedo que irradian a su alrededor, los tratos y traiciones que dan tanto juego a la hora de tejer una buena historia, o lo aplastante que resulta su poder. También he de decir que me gustan las películas de corte clásico, pausadas pero sin pausa, capaces de mantener la tensión sin utilizar fuegos de artificio e innecesarios y repentinos cambios de rumbo en el guion, creadas a partir de un patrón tiempo atrás olvidado. Y también me encantan las películas de estética años 60-70. Por todo ello y mucho más, American Gangster me parece un peliculón.
Por un lado tenemos a Ritchie Roberts, el paradigma del policía honrado, el ideal que todos los ciudadanos tienen sobre lo que un buen agente debe ser. Por otro, un afroamericano de Carolina del norte, Frank Lucas, que tras la muerte de su jefe se coloca al mando de un importante negocio de narcotráfico de Harlem. Ya tenemos el duelo servido, cazador y presa. Dos extremos que nos van relatando la historia a través de sus propios triunfos y miserias, un poli honrado que esta a punto de perder la custodia de su hijo por sus líos amorosos y un mafioso que a base de inteligencia, arrojo, capacidad de pasar desapercibido y muy pocos escrúpulos se erige como dominador del negocio a costa de verse cada vez más rodeado de enemigos.

Scott acierta plenamente en la manera de contar esta historia, no se posiciona ni se implica en ninguna de las partes, los sucesos son lo suficientemente claros como para no tener que hacerlo. En otras manos puede que se hubiese convertido en un simple cuento de buenos buenisimos y malos malisimos. Afortunadamente, la trama no cae en esas naderías y la tensión nos mantiene interesados hasta la brillante secuencia final y manejando continuamente con soltura el enorme desfile de personajes que se pasean por la violenta Harlem de Lucas.
Por otro lado, el film nos regala grandes momentos que redondean el conjunto, la escena en la

Sobra decir que es un "must have", un clásico a buen seguro y un inmejorable final de año cinematográfico. Tal vez sea aún muy aventurado decir que es el nuevo Padrino, pero está a una gran altura y se codea sin rubor con los mitos del género para hacer del "Drug Lord" de Washington "uno de los nuestros".
PD: Yo la he visto en versión original, la versión doblada capará bastante el trabajo de los actores, base fundamental del éxito de la película.
2 comentarios:
Una grata sorpresa la de esta película.Aunque un poco larga me ha parecido genial. Yo la he visto doblada y las actuaciones de sus protagonistas me han parecido de sobresaliente asi que en versión original debe haber sido la leche.
Un saludo!
Hola, gracias por la visita jeje. La verdad es que me ha parecido de los mejor del año.
Un saludo!!
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