martes, 10 de julio de 2007

Anatomia de un asesinato


Desde que comienza a sonar la música de Duke Ellington y aparecen los atractivos y originales créditos de Saul Bass, un servidor sabe que no se encuentra ante una película cualquiera. En esta introducción vemos como piezas sin aparente relación se van uniendo hasta formar la silueta de un cadáver, captando de un plumazo la esencia de la película.

Mas confiado me siento aún al saber que tras todo esto esta Otto Preminger, que ya me hizo disfrutar con joyas como Laura, Al borde del peligro o El rapto de Bunny Lake. En esta ocasión, Preminger nos presenta a Paul Belgier, un magnifico abogado que desperdicia su talento en casos menores mientras bebe whisky con un viejo amigo y antiguo colega de profesión. La situación cambia cuando se le presenta un caso de lo mas interesante: el teniente Frederick Manion es acusado de asesinar a otro hombre que supuestamente había violado a su mujer.



A lo largo de todo el proceso del juicio, el cual abarca gran parte de las 2 horas y 40 minutos de metraje, el director no se posiciona en ningún bando claramente, ni intenta inculcar ninguna opinión respecto al caso. Simplemente y de manera magistral, el director ofrece una retransmisión del juicio y deja al espectador libertad para decidir si el acusado miente o dice la verdad. Dentro de la sala del juzgado tienen lugar escenas muy originales, en las que la acción también se desarrolla en segundo plano. Mientras, por ejemplo, el fiscal interroga a alguno de los testigos, podemos observar a Paul Bergier hablando con su cliente o enviando señas al testigo interrogado.

Por si fuera poco, los actores están soberbios. James Stewart como el brillante abogado de rápida y ácida respuesta en uno de sus mas brillantes trabajos, Lee Remick como la bella e insinuante esposa y Ben Gazzara como el acusado con la soga al cuello. Los personajes secundarios están tan bien creados como interpretados, pudiendo destacar el fiscal o el entrañable compañero de Belgier.




A pesar de su larga duración, en ningún momento he mirado el reloj, ya que Preminger se encarga de que no bajemos la guardia ni un instante, salvo por los momentos en los que nos relaja con la magnifica banda sonora mientras acompañamos a Belgier en su investigación de sabueso y nos sumergimos en apasionantes interrogatorios de barra de bar, gabardina y sombrero. Puro cine negro.

Si no la habéis visto, no se a que esperáis. Para mi ya es, por lo menos, mi favorita de Preminger.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Extraordinaria pelicula de gánero judicial dirigida por Otto Preminger y basada en una novela de Robert Traver, y muy controvertida en su dia por hacer uso manifiesto en la pantalla de palabras hasta entonces no oidas, como por ejemplo: bragas, violación, penetración, entre otras. Para mi, uno de los mejores filmes de tema judicial que se han hecho en toda la historia, y una película que como bien dices, hay que verla por obligación, tanto si le gustan a uno los temas judiciales como si no le gustan, porqu amigos mios, tambien podeis elegir, ya que aparte del juicio, tambien contiene drama y comedia, intriga y misterio. Y porque es una película completamente redonda. Saludos!!!
http://pablocine.blogia.com

Roberfumi dijo...

Saludos pablo, a mi me sorprendió muchísimo, mezcla varios géneros con total maestría. La verdad es que este genero suele dar auténticos peliculones. Ademas, al poco de verla asistí a un curso sobre el proceso judicial en el cine, por lo que en poco tiempo me empape del tema jeje.

Saludos!!