martes, 14 de abril de 2009

Corredor de fondo (Run Fatboy, Run)


Si hay un esquema de historia que se ha repetido incontables veces en la historia del cine es la del típico perdedor nato que debe superarse a si mismo para conquistar al amor de su vida ganando al típico ganador nato. Suelen ser guiones que caben en una servilleta y con finales que se ven desde la taquilla, por lo que todo queda en manos del toque que le de cada cual. En este caso, el "cual", o mejor dicho, los "cuales", son David Schwimmer, alias Ross (o Rossatron), un actor venido a director del que jamas hubiera pensado que se atrevería con la comedia, a pesar de que se lanzo a la fama en una de ellas, pero es que siempre le he visto cara de "dramón, y por otro lado Simon Pegg, humor ingles de los pies a la cabeza y cara de chiste de esas que te hacen reir con sólo mirarle.


Todo arranca con Dennis a punto de casarse con la bella Libby (una radiante Thandie Newton). Todo esta listo, pero Dennis, presa del pánico, escapa corriendo en el ultimo instante, marcando el inicio de su camino de perdedor y pringado. El tiempo pasa, y, como no, Dennis, un desastroso guardia jurado de una tienda de lencería, no es capaz de olvidar a su amada, y aprovecha cada oportunidad para intentar retomar su relación, que se ha reducido a las visitas para recoger a su hijo.



Siguiendo con el esquema, aparece la figura del repelente hombre perfecto, encarnado por Hank Azaria, un tiburón de los negocios de la City Londinense, que, para redondear, es un superhombre capaz de correr una maratón benéfico. Visto esto, Dennis, que la única vez que corrió en su vida fue para escapar del altar, decide participar para demostrar su valía a Libby. Así, forma un hilarante grupo de entrenamiento con su esperpentico casero y su "casi" cuñado, metiéndose en situaciones no menos esperpenticas para poder llegar a tal maratón.


Simon Pegg y sus ayudantes se convierten en el eje total de la película, sacándonos unas cuantas carcajadas (tremenda la primera vez que sale a correr, igual que cada vez que salgo a correr) entre las imágenes de postal de Londres, los clásicos musicales de la ciudad y los innumerables anuncios de Nike (hay que sacar los cuartos de algún sitio), haciendo que una historia, que podría caer en el pastelismo, entretenga y deje a uno con una sonrisa en la boca.


La cara que se te pone cinco segundos antes de tener flato.

No es una película exagerada en ningún sentido, ni es la que mas gags contienen por minuto, pero tal vez es esa mezcla de historia sencilla y humor directo, sin caer en la tontería, lo que le da su punto. Y, por que no decirlo, por que nos recuerda que la felicidad no sólo se encuentra en las oficinas de la City, si no en cualquier barrio, en cualquier casa, en uno mismo.


Es Golightly: Simon Pegg, su pinta de pringado, y su séquito de pirados.

No es Golightly: ¿Si no me esperaba nada del otro mundo, por que le voy a tener que poner nada malo?

2 comentarios:

Roberto García dijo...

Simon Pegg es un cómico fabuloso

No he visto Corredor de Fondo, pero si vi "How to lose friends and alienate people" (que en España se va a llamar "Nueva York para principiantes".......) y sin dejar de ser una comedia llena de tópicos, él era lo más gracioso y hacía que el resultado final de la peli fuese, para mi, más que satisfactorio.


Saludos!

Roberfumi dijo...

Esa es una de las que tengo pendientes en la nevera jeje. A mi es de esa gente que sólo su cara ya me hace gracia.

PD: Lo del titulo es alucinante, que país....


Saludos rob!!