Habían pasado dos días desde el momento en el que vi a Scarlett Johansson en Santullano, pero necesitaba más. Queria volver a vivir ese momento mágico, pero esta vez mucho más intensamente, pues en Santullano el rodaje fue interior y tanto mi hermana como yo no pudimos ver el desarrollo de la escena.
Es cierto que el día anterior habían rodado una escena exterior en el Naranco, pero suponíamos que era muy difícil, casi imposible, el acceder a un lugar de privilegio desde el que poder enterarse de algo. Teníamos la esperanza de que rodaran en un lugar menos protegido, por lo que estábamos muy atentos a Where is Johansson en espera de noticias. Y las noticias llegaron. El equipo de Allen se iba a pasar el día rodando en un palacio rural de Tiñana (Siero). Penélope estaba cada vez más cerca.
Rápidamente nos pusimos en camino y no tardaron en aparecer, tras las indicaciones de un amable empleado de gasolinera, los carteles indicadores de WASP. El camino seguía indicado por carteles que nos guiaban a través caminos por los que apenas entraba un coche mientras yo me preguntaba como había descubierto Allen ese lugar. El tío se había pateado toda Asturias, poco más y rueda delante de mi casa.
Tras perdernos una vez por no ver el correspondiente cartel de WASP llegamos a la meta, marcada por otro cartel y la descorazonadora cinta que impedía avanzar más allá. ¡Desde allí no se veía absolutamente nada! Pero no nos rendiríamos tan rápido. Rodeamos por detrás de unas casas y lo único que conseguimos ver fue el tejado del caserón en el que se encontraban. Yo me encarame a un pequeño muro para probar suerte y.........!Aaaaand....ACTION!. Tal vez no viéramos nada, pero las mágicas palabras de Allen bastaron para hacernos sonreír. Era emocionante y a la vez frustrante saber que todo el meollo se estaba desarrollando a escasos 20 metros de nosotros. No nos podíamos quedar de brazos cruzados ni permitir que la seguridad del rodaje nos chafara el dia, así que decidimos ir a comer a uno de los restaurantes que había por la zona. Según caminábamos hacia el coche, una pareja de guardia civiles nos animaron a intentar pasar, que tal vez nos dejaran quedarnos por allí a ver lo que había (eramos los únicos que estábamos, aparte de la prensa que apareció poco después, por lo que tampoco hubiéramos molestado mucho). Les hicimos caso y atravesamos la cinta de seguridad. Parecía que estaba chupado hasta que otro guardia civil nos paro y nos dijo que no podíamos estar en el set, se rogaba silencio y no podía dejar pasar a nadie (Ya podían haber sido los guardias enrrollaos, nos colaban seguro). Para que discutir pensé, mejor me voy comer que me muero de hambre.
Tras la comida subimos a intentarlo una ultima vez pero se nos quitaron rápidamente las ganas cuando vimos cómo un guardia de seguridad del equipo sacaba por las orejas a varios fotógrafos que se habían escondido por los alrededores para intentar captar alguna imagen del rodaje. El segurata incluso les dijo que más tarde tenia que hablar con ellos, pues al parecer el equipo tenía intención de denunciarles. No pintábamos nada más allí, así que nos fuimos para casa. Al día siguiente el rodaje iba a tener lugar en Avilés y allí podríamos realizar la ultima intentona con ciertas garantías. Penélope se nos estaba resistiendo demasiado.
Es cierto que el día anterior habían rodado una escena exterior en el Naranco, pero suponíamos que era muy difícil, casi imposible, el acceder a un lugar de privilegio desde el que poder enterarse de algo. Teníamos la esperanza de que rodaran en un lugar menos protegido, por lo que estábamos muy atentos a Where is Johansson en espera de noticias. Y las noticias llegaron. El equipo de Allen se iba a pasar el día rodando en un palacio rural de Tiñana (Siero). Penélope estaba cada vez más cerca.
Rápidamente nos pusimos en camino y no tardaron en aparecer, tras las indicaciones de un amable empleado de gasolinera, los carteles indicadores de WASP. El camino seguía indicado por carteles que nos guiaban a través caminos por los que apenas entraba un coche mientras yo me preguntaba como había descubierto Allen ese lugar. El tío se había pateado toda Asturias, poco más y rueda delante de mi casa.
Tras perdernos una vez por no ver el correspondiente cartel de WASP llegamos a la meta, marcada por otro cartel y la descorazonadora cinta que impedía avanzar más allá. ¡Desde allí no se veía absolutamente nada! Pero no nos rendiríamos tan rápido. Rodeamos por detrás de unas casas y lo único que conseguimos ver fue el tejado del caserón en el que se encontraban. Yo me encarame a un pequeño muro para probar suerte y.........!Aaaaand....ACTION!. Tal vez no viéramos nada, pero las mágicas palabras de Allen bastaron para hacernos sonreír. Era emocionante y a la vez frustrante saber que todo el meollo se estaba desarrollando a escasos 20 metros de nosotros. No nos podíamos quedar de brazos cruzados ni permitir que la seguridad del rodaje nos chafara el dia, así que decidimos ir a comer a uno de los restaurantes que había por la zona. Según caminábamos hacia el coche, una pareja de guardia civiles nos animaron a intentar pasar, que tal vez nos dejaran quedarnos por allí a ver lo que había (eramos los únicos que estábamos, aparte de la prensa que apareció poco después, por lo que tampoco hubiéramos molestado mucho). Les hicimos caso y atravesamos la cinta de seguridad. Parecía que estaba chupado hasta que otro guardia civil nos paro y nos dijo que no podíamos estar en el set, se rogaba silencio y no podía dejar pasar a nadie (Ya podían haber sido los guardias enrrollaos, nos colaban seguro). Para que discutir pensé, mejor me voy comer que me muero de hambre.
Tras la comida subimos a intentarlo una ultima vez pero se nos quitaron rápidamente las ganas cuando vimos cómo un guardia de seguridad del equipo sacaba por las orejas a varios fotógrafos que se habían escondido por los alrededores para intentar captar alguna imagen del rodaje. El segurata incluso les dijo que más tarde tenia que hablar con ellos, pues al parecer el equipo tenía intención de denunciarles. No pintábamos nada más allí, así que nos fuimos para casa. Al día siguiente el rodaje iba a tener lugar en Avilés y allí podríamos realizar la ultima intentona con ciertas garantías. Penélope se nos estaba resistiendo demasiado.
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